sábado, 4 de mayo de 2013

Jeff Hanneman (1964-2013). Los héroes se van marchando



Después de casi un par de días de acontecida la triste noticia, percibo que el hecho me invade, siento ese vacío que se suele sentir en estos casos. El jueves 2 de mayo Jeff Hanneman, uno de los guitarristas y miembro fundador de Slayer, murió de una insuficiencia hepática en un hospital del sur de California. Si bien todos sabíamos que hacía dos años que no tocaba debido a que luchaba por rehabilitarse de una fascitis necrotizante que sufría en el brazo derecho, producto de la picadura de una araña en 2011, este mortal desenlace resultó totalmente inesperado.




Pongo en mi estéreo el disco “Show No Mercy” (1983) y las palabras se desvanecen; esas bases, esos riffs, esos solos de guitarra endemoniados descargados por Jeff Hanneman y Kerry King, esa banda de chicos amantes de la NWOBHM que se devoraba el mundo, ubicándose a la vanguardia del naciente thrash metal, llevando un paso más allá el sonido, volviendo más extremo al heavy metal…





Pero no voy a ponerme a tirar palabras elogiosas ni datos biográficos que la mayoría conocen. No viene al caso. A partir de acá me pongo a escribir sin filtro, porque siento que debo hacerlo de esta manera para que tenga algún sentido.
Es que no solamente siento un dejo amargo de tristeza y esa extraña sensación de vacío, similar a la que sentí hace muy poco con el deceso de Clive Burr. Siento ira. ¿Contra quién? Contra muchos idiotas que uno, de rebote, termina leyendo en alguna red social, esos que uno deja pasar la mayoría de las veces, pero ya es tiempo de levantar un poco la voz. Me refiero a bienpensantes que escriben barrabasadas como: “la muerte de Hanneman es la consecuencia de beber cerveza como un desquiciado toda tu vida, en algún momento tu hígado fallará”.
Primero: ¿por qué mencionar ese juicio arrogante en este momento? ¿A qué pensamiento responden esas palabras? ¿Se sienten mejor consigo mismos sabiendo que toman solamente agua mineral y, por lo tanto, son “mejores personas” que Jeff?
Segundo: ¿y qué si así hubiese sido? Acá no importa si escabiaba o no, acá el punto es que falleció Jeff Hanneman!!!
Podría seguir escribiendo varias líneas más con respecto a esa mala gente, mamertos modernosos hechos y derechos que se la dan de superados y hacen bandera del “metal extremo”, sin siquiera comprender algo del heavy metal (¿quieren extremar algo que no tienen?). Gente de cuarta, mediocre y ruin, moralista en potencia. Gente que prefiero tenerla lejos, en lo posible sin ningún tipo de contacto.





Hecha la descarga los dejo con algo realmente noble que también circula en las redes sociales; me refiero a las palabras publicadas en la cuenta de Facebook de la legendaria banda Acid Reign, redactadas con muy buena leche por su vocalista Howard “H” Smith:

“Acerca de qué cosa es el metal...

Es una forma extrema de música. No mucha gente la logra, pero los que lo hacen, realmente la AMAN. Con frecuencia escuchás a la gente decir que ellos “aman” la música; los fans del heavy metal no sólo la aman, la viven. Ellos viajan kilómetros para ver bandas, cruzan océanos, vuelan alrededor del mundo, es más que música, es una hermandad. Los fans del metal pueden llegar a ser marginados y ridiculizados por sus gustos, algo que sólo sirve para hacer que la hermandad se afiance...
Entonces, en esta familia extendida, las bandas son los patriarcas, ellos son los únicos responsables de convocarnos a todos y reunirnos. Vos crecés con ellos, compartís con ellos tus mejores momentos y su música te ayuda a atravesar los peores momentos. Te reís, llorás, te emborrachás, sacudís tu cabeza, seguís con tu carrera y esperás envejecer junto a ellos.
Así que cuando un miembro de una banda muere, es como perder a un miembro de esa gran familia, como perder a una parte de tu infancia, ya que crecieron juntos y seguían siendo amigos. Se siente extraño el tener emociones tan fuertes y un sentimiento de pérdida por alguien a quién nunca conociste o te encontraste en persona, pero se siente de todos modos. Es potente, te recuerda tu propia mortalidad. Las cosas no se sienten como que volverán a ser iguales. Recordás los momentos que compartieron, la última vez que los viste y te encontrás con otros que sienten lo mismo.
Hoy la hermandad perdió a un miembro de la familia. Uno de los buenos muchachos. Jeff Hanneman. Le sobreviven su esposa Kathy, una hermana, dos hermanos, y millones de nosotros en todo el mundo que nunca lo olvidaremos.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario