viernes, 29 de enero de 2010

Metallica honró a su nombre y brindó un show demoledor en el estadio de River Plate


Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fecha del evento: viernes 22 de enero de 2010. Después de haber transcurrido más de 10 años desde su anterior visita, la banda de metal más grande del mundo regresaba a la Argentina a presentar “Death Magnetic”, su más reciente álbum. Atrás quedó la decepción por la cancelación del concierto en 2003 y los sucesivos pasos en falso desde su entrada al mainstream que desembocaron en ese híbrido llamado “St. Anger”. El World Magnetic Tour ’10 encuentra a Metallica en una excelente forma, orgulloso de su glorioso pasado y enfocado en un presente en el que busca transmitir su legado con dignidad. Al menos eso fue lo que muchos pudimos percibir en su segunda función en nuestro país, en el estadio “Monumental” (allí habían tocado la noche anterior y el 24 lo harían en el Superdomo Orfeo de la capital cordobesa). A continuación la crónica de una jornada inolvidable.



La historia comenzó a escribirse temprano, cuando poco antes de las 17 hs. se abrieron las puertas del estadio y comenzaron a ingresar las huestes que estaban haciendo cola en las calurosas calles de Núñez. Después de ubicarme en la platea San Martín alta y tras soportar dos horas al sol golpeando de lleno, a las 19 hs. O’Connor salió a escena, oficiando de primer grupo telonero. Y aquí llegaría la primera sorpresa, ya que Claudio O’Connor había convocado como guitarrista, al menos para esta ocasión especial, a Antonio “Tano” Romano. La emoción invadió a muchísima gente al ver juntos a estos tipos cuyos nombres se encuentran grabados a fuego en la historia del metal argentino.


A lo largo de aproximadamente media hora, O’Connor se despachó con un puñado de temas propios de distintas etapas de su discografía, como “Se Extraña Araña”, “1976”, “Hasta ser libre”, etc. El legendario vocalista se mostraba con una postura más firme y agresiva que otras veces, pero el plus a la banda sin dudas se lo dio el Tano Romano: actitud pura tocando frente a un campo que lo aclamaba, de sus manos nacían las letales bases que incluso aceleraban los temas del propio O’Connor. Los momentos memorables fueron aquellos en los que ambos músicos decidieron homenajear a las bandas en las cuales fueron compañeros en el pasado, interpretando “Grito de Pilagá” de Malón y “Otro día para ser” de Hermética, desatando la euforia de la muchachada metalera.


El único punto flojo del set de O’Connor fue el sonido que les tocó, cuyo volumen era muy intermitente y no permitía apreciar el show de la mejor manera. De todos modos, fue una presentación que estuvo a la altura de lo que el respetable merece.



El otro soporte fue el híbrido nacido de la unión de fuerzas entre León Gieco y D-Mente, bautizado Un León D-Mente, que cuenta con un repertorio compuesto exclusivamente por temas de Gieco. Ellos fueron el acto de apertura en las dos fechas en Buenos Aires (el 21 junto con Horcas).
Aquí es donde necesito hacer un descargo: ¿era esto necesario? Como experimento puede ser válido para un festival pero ¿telonear dos noches consecutivas a Metallica? ¡Dejémonos de joder! Primero Las Pelotas con AC/DC, ahora esto, ¿para qué? ¿Por qué motivo? ¿Acaso no hay bandas de metal en Argentina que puedan asumir la responsabilidad de abrir una fecha así? ¿Puede ser que haya productores que no piensen en la calidad integral de un espectáculo? Cuando estas cosas suceden siempre aparece algún mamerto hablando de “apertura mental” y pavadas pseudo-hippies posmodernas por el estilo, pero si vamos a abrir la mente abrámosla del todo (en lo posible con una motosierra). ¿Se bancarían a Sadistic Kill teloneando al Chaqueño Palavecino en Jesús María? ¿Abrirían su mente los admiradores de Silvio Rodríguez si para un acto oficial por la “unión latinoamericana” fuera invitado a tocar antes Sarcófago? En el resto de Sudamérica las cosas se hacen sin tantas vueltas a la hora de elegir quien debe acompañar a Metallica: en Perú abrieron los legendarios Necropsya, en Chile hizo lo propio Criminal y en Brasil dejará el escenario caliente nada más y nada menos que Sepultura! En fin... que cada uno saque sus propias conclusiones.


Los temas tocados por Un León D-Mente, después de que Gieco abriera con “La Memoria”, honestamente me parecieron versiones forzadas imposibles de digerir. Canciones como “El fantasma de Canterville”, “Hombres de hierro”, “El ángel de la bicicleta” y “Pensar en nada” se me hicieron inescuchables, no encajaban para nada la estructura simple folk con las bases distorsionadas hard rockeras/alternativas ejecutadas por Andrés Giménez (ex líder de A.N.I.M.A.L.) y compañía. Un bodrio que hizo decaer la energía que había en el ambiente.



Unos minutos después de la hora 21 llegó el momento tan esperado. Comenzaron a apagarse las luces y empezó a sonar “Heavy Metal Thunder” de Saxon, track apertura del fundamental “Strong Arm of the Law” (1980). Este fue el primer gesto nostálgico de la noche, ya que Metallica en su segunda actuación en vivo teloneó a Saxon en el pub Whisky a Go Go de Hollywood (el 28 de marzo de 1982). A continuación comenzaron a verse en las pantallas ubicadas al costado del escenario fragmentos de la película “El bueno, el malo y el feo”, mientras sonaba “The Ecstasy of Gold” de Ennio Morricone, el cual era coreado por la multitud generando un clima épico.
Frente a semejante demostración de fervor y excitación, “los cuatro jinetes” se hicieron presentes sobre la austera escenografía, decididos a matar y elevar la adrenalina al máximo. “Creeping Death” estalló en los cráneos de 40 mil almas que rugían y elevaban sus puños frenéticamente. Sin pausa arremetían con “Ride he Lightning” y la gloria thrasher brillaba como en 1984. El sonido era impecable, demoledor, implacable, nítido y compacto como si se tratara de un recinto cerrado. Los músicos, en óptimas condiciones físicas y mentales, disipaban así cualquier duda sobre la actualidad de Metallica.


Con “Fuel” aparecieron por primera vez en la noche dos enormes columnas de fuego desde los costados del escenario. Éste fue el único tema que tocaron de su etapa “experimental / alternativa / rockera”.
“The Four Horsemen” y “Fade to Black” reavivaron nuevamente la llama clásica. James Hetfield se mostraba muy comunicativo con la gente, mientras que la batería de Lars Ulrich estaba armada bien adelante, como indicando que Metallica quería estar muy cerca de sus fans.
“That Was Just Your Life” fue el primer corte de “Death Magnetic” que tocaron, seguido por “The End of the Line”. Los fanáticos escucharon con mayor tranquilidad estas composiciones, que encajaron perfectamente en la lista, sin desentonar en absoluto, junto a los clásicos thrashers de los ‘80s y los hits del “disco negro”. Justamente el segundo track del álbum “Metallica” fue escogido para intercalar el segmento dedicado a las nuevas canciones: “Sad but True” hizo sacudir las cabezas en todo River.


Con “Broken, Beat and Scarred” (un mazazo en vivo) y “The Judas Kiss” culminaron la presentación de “Death Magnetic” esa noche. Hay que decir que, más allá de determinados pasajes de cada canción que permiten lucimiento individual, cuesta notar que alguno de los cuatro músicos se destaque por sobre lo que están haciendo sus compañeros. Metallica en directo suena como un todo, es una máquina ensamblada perfectamente, bien aceitada, efectiva, ultra profesional, mucho más que la suma de las partes.
Ahora sí, se venían los minutos más emotivos de la noche. Precedido por llamaradas y efectos de explosiones sobre el escenario, “One” encendió nuevamente a la audiencia, que cantó cada estrofa hasta llegar a la parte “machacante” del tema, que invitaba irresistiblemente al headbanging.


Y entonces llegó el clímax, el momento cumbre del recital, ese que nos acompañará por el resto de nuestras vidas: “Master of Puppets”. Glorioso, majestuoso, difícil de describir en estas líneas. La fuerza, la nostalgia, las melodías, la pasión, todo estaba allí atravesando el aire, uno de los máximos himnos de la historia del metal cuya grandiosidad se incrementaba con el emotivo e incontrolable fervor de la gente. Aquí se pudo apreciar virtuosismo en los solos y armónicos ejecutados por Kirk “The Ripper” Hammett (así lo presentó Hetfield) y maestría en el desempeño integral de Metallica. Lo mismo resulta valido para “Battery”, una joya de thrash técnico tocada a la velocidad justa.
Tanta furia y poder tuvieron descanso en “Nothing Else Matters”, correcta balada que no logró aplacar el fuego. El infierno que era River volvió a arder cuando hicieron “Enter Sandman”, con la multitud saltando y pogueando al compás de su irresistible riff. Metallica ya había cumplido su tarea con creces y momentáneamente se retiraron de las tablas.


Llegaron los bises, primero con “Stone Cold Crazy” (cover de Queen que Metallica incluyó en su doble placa “Garage Inc.”) y luego no tuvieron piedad con nuestro metálico cerebro y descargaron sobre él “Fight Fire With Fire”.
Después de saludar a los fans una vez más y de que Lars Ulrich arengara a la gente acercándose al borde del escenario, James Hetfield hizo prender las luces del estadio para ver bien a “la familia Metallica”. El cierre: otro guiño hacia sus orígenes thrashers callejeros con “Seek & Destroy”. Locura total. Hetfield se acercó a la valla y extiendió su micrófono a los seguidores que aguantaron allí durante horas. Algarabía generalizada, no había nada más para pedir. Terminaron de tocar y aún permanecían saludando; Trujillo y Hammett arrojaban púas, Ulrich tiraba sus palillos, Hetfield continuaba sonriendo y agradeciendo. Metallica se retiraba con la frente bien alta de River.


Jamás pensé que iba a terminar escribiendo esto. Hace un par de años creía que lo de Metallica no tenía retorno, que habían perdido el rumbo definitivamente, que de metal les iba a quedar solamente el nombre. Afortunadamente me equivoqué. He visto muchos conciertos en vivo a los que puedo calificar de inolvidables, por lo tanto no sería justo con mis recuerdos si en este momento dijera que el de Metallica fue el mejor recital internacional que vi en mi vida. Pero puedo asegurar que va directamente a ubicarse en el podio de mis preferidos.
Editar un disco digno y partirle la cabeza en vivo a la gente sin renegar de su histórico pasado es la receta que viene utilizando Metallica para reconciliarse con los metaleros y para transmitir su herencia musical a las generaciones más jóvenes. Ciertamente, es la mejor fórmula que pueden utilizar. Metallica le hizo honor a su nombre y se consagró ante nosotros como un gigante imbatible del metal.

SETLIST METALLICA

1. THE ECSTASY OF GOLD (intro)
2. CREEPING DEATH
3. RIDE THE LIGHTNING
4. FUEL
5. THE FOUR HORSEMEN
6. FADE TO BLACK
7. THAT WAS JUST YOUR LIFE
8. THE END OF THE LINE
9. SAD BUT TRUE
10. BROKEN, BEAT & SCARRED
11. THE JUDAS KISS
12. ONE
13. MASTER OF PUPPETS
14. BATTERY
15. NOTHING ELSE MATTERS
16. ENTER SANDMAN

Bises:

17. STONE COLD CRAZY (Queen cover)
18. FIGHT FIRE WITH FIRE
19. SEEK & DESTROY


*Las imágenes de Metallica aquí publicadas fueron obtenidas de su sitio oficial en facebook, mientras que las de O'Connor y Un León D-Mente fueron publicadas por el reconocido fotógrafo Andrés Violante. Algunas de las fotos de O'Connor fueron tomadas por para Rock & Pop In Concert.

miércoles, 27 de enero de 2010

Piranhius Murderer of Minds 3: SatisFire cumplió con creces. Dementaria asesinó!


Rosario. Fecha del evento: sábado 16 de enero de 2010. La grilla del festival Piranhius Murderer of Minds 3 generaba mucha expectativa, integrada por bandas de calidad de diferentes estilos, encabezada por los brasileños SatisFire. Las expectativas fueron satisfechas en una fecha que inauguró con todo la temporada 2010 de la escena metalera rosarina.



A las 23:20, Tractor dio inicio a la acción presentando su renovada formación. Abocados a un heavy/thrash que oscila entre lo clásico y lo moderno, los chicos de Tractor han mejorado notablemente su performance en vivo, sonando contundentes, compactos y mucho más agresivos y volcados al thrash metal. Un acierto el de rotar las voces entre el guitarrista líder y el bajista Fabricio Coviello (quien ocupa el mismo puesto en Distopía).



Hay que mencionar que si bien Distopía no formó parte de este evento, la agrupación rosarina compartió el primer tramo de la gira 2010 de SatisFire tocando el 9 de enero en Foz de Iguazú (al sur de Brasil) y el 15 en Córdoba Capital.



Ya pasada la medianoche, Dementaria pisó las tablas y descargó una dosis del más extremo thrash metal (que por momentos tiene elementos death), con influencias que se pueden rastrear a partir de Slayer, Sadus, Dark Angel, Testament, Possessed, etc. Era la primera vez que tocaban en Rosario y a lo largo de 40 minutos dejaron bien en claro por qué son una de las bandas del under nacional a las que hay que prestarle mucha atención.


Presentaron temas de su disco debut “Violencia Extrema”, que incluyeron el track-título, “Desnutrición Mental”, “Demoníaco” y “Nido de Serpientes”, entre otros.
En Dementaria merecen destacarse características como la potencia de las bases y de los riffs, los solos endemoniados del guitarrista Ariel Aranda y el desempeño del cantante Jorge Armada, quien arengó constantemente al público.


Finalmente el cuarteto oriundo de González Catán se despidió a lo grande interpretando el clásico de Slayer “Angel of Death”. Pogo y aplausos bien merecidos tras una demostración devastadora y asesina de thrash extremo. Un consejo: no le pierdan el rastro a Dementaria.




Desde la ciudad entrerriana de Paraná, Synthetic Soul volvió a pisar suelo rosarino para presentar su propuesta de industrial metal/metalcore. Con público propio que viajó especialmente para verlos, ofrecieron un puñado de composiciones propias en las cuales pudo apreciarse la solidez de su música, apoyada en riffs cortantes, bases pesadas y un gran esfuerzo vocal.



A la hora de escoger un tema de alguna de sus influencias para interpretar, se dieron el gusto de tocar “Réplica” de Fear Factory. Aquellos que gustan de estilos más modernos, de seguro encontraran en Synthetic Soul una opción interesante.




Llegó el turno de SatisFire, joven banda proveniente de la ciudad de Guarapuava (en el estado de Paraná, al sur de Brasil), quienes practican un thrashcore en la acepción actual del término, un groove metal bien a la brasileña, esto es, aquel estilo que patentara Sepultura en los ‘90s adoptando ritmos tribales e incorporando instrumentos musicales autóctonos. Teniendo esto en cuenta, más el buen nivel de SatisFire, no es casualidad que hace unos años hayan contado con el mismísimo Andreas Kisser como invitado especial en un recital realizado en su Guarapuava natal.




Yendo a lo que fue el concierto, se dedicaron a presentar material de su primer disco “Brutal Anthropy”, editado en 2008 y producido por Ricardo Confessori (baterista y líder de Shaman, ex Angra y Korzus). Así sonaron canciones fuertes y gancheras como “Just to Pulse Away the Blood”, “Dark Scream” y “Guerra Justa”, donde demostraron que, más allá de diversas influencias (se autodefinen como músicos eclécticos), tienen un estilo propio definido.




Los 4 músicos en todo momento se mostraron muy contentos de estar por primera vez de gira en Argentina, tocando con actitud y muchas ganas, imprimiéndole personalidad a su espectáculo. Aprovecharon también para presentar un tema nuevo en el cual incorporan variados ritmos folklóricos brasileños, hecho que se notó particularmente en los acordes desplegados por el guitarrista Estevão Zeni. A continuación, se ganaron a la audiencia sorprendiendo con un enganchado de canciones clásicas de la música pesada: “Painkiller” (Judas Priest), Battery (Metallica) y “Back in Black” (AC/DC). Un gesto copado viniendo de una banda moderna que no olvida las raíces del género.




Cerraron su actuación con el frontman Daniel González acompañando al resto de la banda golpeando una alfaia, instrumento originario del nordeste de Brasil, similar a un bombo. Muy bueno lo de SatisFire, un grupo más del gigante amazónico que apunta a llegar alto.




Clausurando esta jornada metalera, Saque ofreció un contundente set basado en las canciones que han venido tocando en los últimos meses. Así fueron pasando “Enseñanzas”, “Todo es vanidad”, “Suburbios” y “Réquiem”, entre otras, con los muchachos de Saque sonando rápidos, ajustados y poderosos, con un gran despliegue vocal de Pablo Puntarello quien se lució una vez más variando los matices y dominando la técnica del falsete en sus alaridos.




La sorpresa vino por el lado del cover, ya que en esta ocasión eligieron interpretar un himno del metal argentino: “Cautivo de un Sistema” de V8; aunque la versionaron de manera reducida, fue bien recibida por la gente.

Sin duda este festival organizado por Asesinos de Mentes fue un buen puntapié para iniciar un 2010 que promete mucho para la escena under rosarina.


* Todas las fotografías fueron tomadas por Victoria Panozzo (fotógrafa oficial de Corcel de Acero), a excepción de las imágenes de Tractor y Dementaria que fueron obtenidas de sitios oficiales de las bandas.

martes, 19 de enero de 2010

Cage: "Science of Annihilation" (2009)


El final de la década encuentra a Cage editando su quinto larga duración, el cual es una muestra de contundencia y calidad metálica. Este quinteto oriundo de San Diego ostenta orgulloso el título de “Kings of American Power Metal” y la verdad, al escuchar este trabajo uno tiene la sensación de que tienen bien ganado el trono, o que al menos son dignos aspirantes al mismo. Su música lógicamente se enmarca plenamente en la variante estadounidense del power metal, aquella que floreció en los ‘80s ubicándose en el medio del speed y del thrash con bandas como Omen, Riot, Jag Panzer, Lääz Rockit, Helstar, Agent Steel, Griffin, Thrust, Malice, etc. Se pueden incluir entre las influencias de Cage también a otros iconos como Iced Earth y Metal Church, sin dejar de mencionar la marcada devoción que tienen por Judas Priest (principalmente por la placa “Painkiller”), la cual se nota en la estructura de muchas canciones y en la labor del cantante Sean Peck, quien despliega un arsenal de vocalizaciones aguerridas y melódicas, poderosos coros y alaridos que encajan a la perfección sobre las letales bases.


Usualmente Cage aborda en sus letras temáticas fantásticas, de ciencia-ficción y otras que tienen que ver en el cristianismo, sin que esto signifique que tengan una postura evangelizadora o que estén alineados directamente a la vertiente “white metal”. En éste álbum incursionan en cuestiones como el terror y la guerra, así es como la destrucción y la maldad ganan terreno en sus líricas.


Luego de una intro, el álbum explota con “Planet Crusher”, en donde la velocidad, una base demoledora y el poder concentrado en la voz de Peck hacen elevar su puño a cualquiera que se considere a sí mismo como digno aficionado al más puro metal. Al momento de los solos, en pocos segundos la dupla de guitarristas conformada por Dave García y Anthony Wayne McGinnis los ejecutan con eficiencia e inspiración demostrando talento y pasión.
“Scarlet Witch” mantiene la intensidad y una rapidez más moderada, mostrando algunas variaciones y cambios de ritmo que la vuelven muy agradable, sin poder frenar esa incontrolable sensación de poder que crece dentro de uno al oír esta música.
“Spirit of Vengeance” me hace acordar por momentos a la gloria que se encuentra contenida en el fundamental disco “Thundersteel” de Riot. Aquí bajan un poco la velocidad pero el poderío y la emotividad que se desprenden de esta canción nos hace replantear mucho sobre lo que ha acontecido en la escena estadounidense de power y metal tradicional a partir de los 90s, sobre cómo este fuego comenzó a apagarse de manera irremediable. Sin embargo, Cage nacía durante esos tiempos oscuros (en 1992) y temas como éste reviven esa llama. Los coros aquí alcanzan un alto nivel.


“Black River Falls” representa otro gran momento para el oyente, con un gran trabajo en los solos y con Sean Peck demostrando que es un maestro en la técnica del falsete, luciéndose en un pasaje de la canción cuya estructura remite al estilo patentado por el danés King Diamond.
La historia bélica tiene lugar en “Operation Overlord” y su visión sobre el “Día D” que marcó el inicio de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial tras el desembarco en las playas de Normandía. Mantiene el ritmo y el nivel de la placa.
En “Power of a God” ya uno se acostumbra al poderío del estilo de Cage, además es un tema que no arranca con la velocidad e impacto que otros. Se destacan una vez más las guitarras gemelas y los hirientes alaridos de Peck, además de la inclusión de un teclado para generar climas.


“Speed Kills” es una acabada muestra de speed metal para lanzarse de lleno a hacer pogo con los puños en alto. Muy en la línea de Judas Priest.
Uno de los temas que más me gusta de este disco es “Stranger in Black”. Un riff ganchero y un estribillo pegadizo nos transportan a los ‘80s y Cage nos convence así de que este modo de concebir el metal aún no ha desaparecido. Los solos de guitarra aportan emoción y fluyen perfectamente sobre la potente base.
“Die Glocke” es una canción que además de ofrecer un dramatismo épico de aires bélicos, narra la interesante historia de “La Campana”, un artefacto que estaba siendo desarrollado por los científicos nazis sobre el final de la Segunda Guerra Mundial, el cual podría haber servido como dispositivo anti-gravedad (lo que se conoce como “plato volador”), para abrir “agujeros de gusano” (un atajo a través del espacio y el tiempo) o para propulsión cósmica a la velocidad de la luz.
“Spectre of War” sirve como intro para el tema-título “Science of Annihilation”, que retoma la potencia, velocidad y explosión metálica de “Planet Crusher” redondeando un final a la altura del resto de la obra, clausurada por la outro “At the Edge of the Infinite”.


En conclusión, un disco “libre de baladas” recomendado para todo fanático del más poderoso metal de raíz ochentera. Aquí no encontrarán nada que pretenda ser novedoso o revolucionario, pero disfrutarán si lo suyo es el power metal realmente poderoso (valga la redundancia), tocado con sentimiento por gente talentosa y dedicada. Cage ofrece todo esto, lo cual no es poco para los tiempos que corren.


Formación actual:

- Sean Peck – Voces
- Dave García – Guitarra
- Anthony Wayne McGinnis – Guitarra
- Mike Giordano – Bajo
- Norm Leggio – Batería


Ficha:

- Sello: Music Buy Mail
- Estudio de grabación: información no suministrada
- Fecha de edición: 22 de mayo 2009


Tracklist:

1. The Power that Feeds (intro)
2. Planet Crusher
3. Scarlet Witch
4. Spirit of Vengeance
5. Black River Falls
6. Operation Overlord
7. Power of a God
8. Speed Kills
9. Stranger in Black
10. Die Glocke
11. Spectre of War
12. Science of Annihilation
13. At the Edge of the Infinite (outro)


Sitio web oficial: www.cageheavymetal.com
Contacto: desertrockusa@hotmail.com